Bajo la foto del monumento, que siempre mantiene flores en homenaje a Ayrton Senna, en el circuito de San Marino, la leyenda vive entre todos los aficionados.
Tal día como hoy hace quince años, un terrible accidente en un Gran Premio maldito, se llevó la vida del que probablemente ha sido uno de los mejores pilotos de la historia, y con seguridad el más mediático y legendario de los que el mundo del motor ha dado a sus aficionados.
Senna, fue mucho más que un piloto. Su genio, destreza y sobre todo su ambición, abrieron la puerta del espectáculo de la formula1 a muchos de los auténticos aficionados de hoy en día. En concreto quien les habla, mantiene fresco en su memoria momentos inolvidables protagonizados por el brasileño como sus duelos con Prost, especialmente ese final en Japón memorable saliéndose los dos en la chicanne, para solo volver Senna a pista aún sin alerón delantero. O los vividos frente a Nigel Mannsell en Mónaco, y .... tantos otros que forman mi videoteca de sueños sobre la formula1.
Ahora no se viven momentos como esos, y los que se aproximan quedan ya algo lejos, y qué curioso, fueron justo en el escenario dónde él perdió la vida. Me refiero a los duelos de 2004 y 2005 entre Fernando Alonso y Shummacher en Imola.
Aquel gran premio del 94 estaba maldito. El sábado ya vivimos otro fatal accidente. El austriaco Rassenberguer también perdió su vida. Incluso esa misma mañana Barrichello, otro brasileño, si el actual, también sufrió casi en el mismo sitio que Senna otro accidente que le retiró por meses.
Senna fue mucho más que un piloto. Su vida giraba en torno a las carreras, y no pocas veces podías verle el mono y las manos sucias de haber sido él mismo, el que hacia las veces de mecánico.
Senna era un inconformista, un perfecto genio y un competidor nato. Valores que hoy, y nunca, han abundado.
El 1 de mayo, para mi no es el día del trabajo, que también, sino el día en el que recuerdo a uno de mis ídolos, y le pongo flores. En el mismo lugar dónde sufrió el accidente que le costó la vida recuerdo la imagen, dónde deposité mis flores. Sigue vivo en nuestra memoria.
Tal día como hoy hace quince años, un terrible accidente en un Gran Premio maldito, se llevó la vida del que probablemente ha sido uno de los mejores pilotos de la historia, y con seguridad el más mediático y legendario de los que el mundo del motor ha dado a sus aficionados.
Senna, fue mucho más que un piloto. Su genio, destreza y sobre todo su ambición, abrieron la puerta del espectáculo de la formula1 a muchos de los auténticos aficionados de hoy en día. En concreto quien les habla, mantiene fresco en su memoria momentos inolvidables protagonizados por el brasileño como sus duelos con Prost, especialmente ese final en Japón memorable saliéndose los dos en la chicanne, para solo volver Senna a pista aún sin alerón delantero. O los vividos frente a Nigel Mannsell en Mónaco, y .... tantos otros que forman mi videoteca de sueños sobre la formula1.
Ahora no se viven momentos como esos, y los que se aproximan quedan ya algo lejos, y qué curioso, fueron justo en el escenario dónde él perdió la vida. Me refiero a los duelos de 2004 y 2005 entre Fernando Alonso y Shummacher en Imola.
Aquel gran premio del 94 estaba maldito. El sábado ya vivimos otro fatal accidente. El austriaco Rassenberguer también perdió su vida. Incluso esa misma mañana Barrichello, otro brasileño, si el actual, también sufrió casi en el mismo sitio que Senna otro accidente que le retiró por meses.
Senna fue mucho más que un piloto. Su vida giraba en torno a las carreras, y no pocas veces podías verle el mono y las manos sucias de haber sido él mismo, el que hacia las veces de mecánico.
Senna era un inconformista, un perfecto genio y un competidor nato. Valores que hoy, y nunca, han abundado.
El 1 de mayo, para mi no es el día del trabajo, que también, sino el día en el que recuerdo a uno de mis ídolos, y le pongo flores. En el mismo lugar dónde sufrió el accidente que le costó la vida recuerdo la imagen, dónde deposité mis flores. Sigue vivo en nuestra memoria.
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