A Lewis Hamilton la regla del semáforo en el Pit Lane, le parece ridícula. Según ha afirmado "no alcanza a comprender la existencia de un semáforo en un circuito de velocidad".
La verdad es que sus declaraciones son sorprendentes tras el accidente que provocó este pasado fin de semana en Canadá. ¡¡¡Claro que ahora no le gustan. !!!
Contrasta su afirmación con la del otro implicado Rosberg, cuya sanción de retrasarle diez posiciones en el próximo Gran Premio le parece justa.
La elegancia de uno frente a la impertinencia del otro.
Me divierte imaginar qué es lo que hubiera ocurrido si en vez de ser el ejecutante Hamilton, hubiese sido el paciente. ¿Cómo se habría puesto, si su gran rival de este año Raikkonen hubiera sido el que le embiste a él?
Al final, mi imaginación desemboca en el mismo sitio, "de tal palo tal astilla". La semana pasada su papaito se estrelló con un Porsche prestado y le echó la culpa al coche y al asfalto. El hijíto el domingo se quería saltar un semáforo digno de retirada de carnet, y le carga la culpa a la norma que lleva vigente cincuenta años.
Teniendo en cuenta que el papa aparece con el niño solo cuando gana, como los caracoles en el final de primavera cuando llueve, que lástima que se acabe la temporada de caracoles ... para ellos, que a mí no me gustan.
La verdad es que sus declaraciones son sorprendentes tras el accidente que provocó este pasado fin de semana en Canadá. ¡¡¡Claro que ahora no le gustan. !!!
Contrasta su afirmación con la del otro implicado Rosberg, cuya sanción de retrasarle diez posiciones en el próximo Gran Premio le parece justa.
La elegancia de uno frente a la impertinencia del otro.
Me divierte imaginar qué es lo que hubiera ocurrido si en vez de ser el ejecutante Hamilton, hubiese sido el paciente. ¿Cómo se habría puesto, si su gran rival de este año Raikkonen hubiera sido el que le embiste a él?
Al final, mi imaginación desemboca en el mismo sitio, "de tal palo tal astilla". La semana pasada su papaito se estrelló con un Porsche prestado y le echó la culpa al coche y al asfalto. El hijíto el domingo se quería saltar un semáforo digno de retirada de carnet, y le carga la culpa a la norma que lleva vigente cincuenta años.
Teniendo en cuenta que el papa aparece con el niño solo cuando gana, como los caracoles en el final de primavera cuando llueve, que lástima que se acabe la temporada de caracoles ... para ellos, que a mí no me gustan.
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