jueves, 23 de mayo de 2013

A Ferrari se le resiste Mónaco.


Lujo, poder, glamour, belleza, abundancia, riqueza, elegancia, exquisitez, distinción…

Los anteriores sustantivos se podrían resumir en una sola palabra: Monte Carlo.

La primera carrera de coches disputada en las calles del Principado fue ganada por William Grover Williams a los mandos de un Bugatti, allá por 1929.

No fue hasta el 21 de Mayo de 1950 cuando se celebró el primer G.P. de Mónaco de F1. El argentino Juan Manuel Fangio con su Alfa Romeo resultó el vencedor.

Ayrton Senna sigue conservando el record de victorias con seis entorchados (5 de ellos consecutivos entre 1989 y 1993).

Otros grandes pilotos como el anteriormente mencionado Fangio (1950 y 1957), Graham Hill (1963-64-65-68 y 69), Jackie Stewart (1966-71 y 73), Niki Lauda (1974 y 75), Alain Prost (1984-85-86 y 88), Michael Schumacher (1994-95-97-99 y 2001), David Coulthard (2000 y 2002), Kimi Raikkonen (2005), Fernando Alonso (2006 y 2007) , Lewis Hamilton, Webber .., han conseguido escribir sus nombres con letras de oro en lo que para los pilotos es el G.P. más deseado de toda la temporada.

El de Mónaco es un G.P. totalmente diferente al resto. Sus estrechas y sinuosas calles, llenas de bajadas y subidas, no dejan opción al error. La pérdida de concentración durante una décima de segundo supone, a menudo, que bólido y piloto acaben contra los guardarrailes.

La puesta a punto del monoplaza difiere bastante con la de otros circuitos.
Los coches necesitan una gran carga aerodinámica, la más alta de toda la temporada, que les proporcione una buena estabilidad al entrar y salir de las curvas (frenar y acelerar) en el bacheado trazado urbano.

La irregularidad de la pista obliga a montar una suspensión más blanda de lo normal y la distancia del fondo plano al asfalto se aumenta entre 5 y 7 mm.

Los ingenieros han de dar con la configuración idónea, el monoplaza ha de ser dócil en el manejo para que el piloto gane confianza.


En Mónaco se encuentran las dos curvas más famosas de todo el Mundial (junto con Eau Rouge en Spa), Gran Hotel (antes denominada Lowes) y La Rascasse.

La 1ª es una orquilla a izquierdas donde los pilotos pasan en 1ª velocidad a unos 45 km/h, siendo la curva más lenta de todo el Mundial.

El 2º de éstos giros es a derechas y se traza a unos 50 km/h. La Rascasse es famosa por la cercanía con la que pasan los monoplazas de las protecciones. Hubo una época en la que se ponían cerillas en el guardarrail y se apostaba qué piloto sería capaz de partirlas con su coche.
El punto más rápido de todo el circuito es la salida del túnel. Los bólidos llegan a rozar los 300 km/h. La dificultad de ése tramo radica en lo bacheado que es el asfalto y en tener que reducir en pocos metros hasta los 70 km/h para afrontar la Chicane Nouvelle .

Es bastante improbable que se produzcan adelantamientos durante la carrera por lo que la estrategia jugará un papel importante aunque no tan decisivo como la Calificación del sábado.

Conseguir la “pole” es tener un 70% de opción a la victoria para el domingo.



Especial atención a la salida donde, dadas las características del trazado, no es de extrañar que se produzca algún accidente.

Pirelli ha elegido los compuestos superblandos y blandos capaces de ser efectivos a temperaturas bajas.
 Se han decidido a llevar este tipo de gomas debido a la falta de adherencia en la pista monegasca.

Es de suponer que con el paso de los monoplazas sobre el asfalto, éste vaya recogiendo goma y la adherencia vaya mejorando.

Aún así hay que tener en cuenta que el viernes no habrá actividad sobre la pista lo que puede hacer variar las condiciones de ésta para el sábado.

En definitiva, el domingo … el Gran Premio de los Grandes Premios.

miércoles, 8 de mayo de 2013

La Formula 1 vuelve a casa.


El Gran premio de España se celebrará una vez más, pese a quien le pese, en el circuito barcelonés de Montmeló. 
En este circuito, el más usado para las pruebas de pretemporada, se convierte en el retorno a Europa del Gran Circo y en el inicio de la etapa más importante del calendario del Mundial.
El relativamente joven circuito de Cataluña, en Montmeló, consta de 16 curvas (contando la chicane). De ellas, 9 a izquierdas y 7 a derechas. Tiene una longitud de 4'655 km, y los pilotos tienen que completar 66 vueltas en cada gran premio, por lo que la distancia total recorrida en la carrera es de 307'23 kilómetros.

El tiempo estimado que transcurre desde que el piloto entra a la calle de boxes y sale de la misma es de unos treinta segundos contando la desaceleración y la aceleración es de unos 21 segundos. A eso le tenemos que añadir tiempo que tarda en cambiar neumáticos.
No es de los circuitos más rápidos. Su velocidad más alta es de 325 km/h, pero las trece curvas hacen que no sea un circuito de permanente aceleración. La recta principal, de más de un kilómetro, es muy larga y ahí es donde los pilotos exigen más a su motor.
Es uno de los trazados más completos en cuanto a rectas y curvas, y por ello es uno de los circuitos en los que los equipos desarrollan sus coches y realizan los entrenamientos a lo largo de la temporada. Se realizan en cada vuelta 44 cambio de marcha siendo uno de los circuitos en los que menos se cambia.

Sin embargo este aspecto hace que todos los pilotos conozcan el circuito a la perfección, por lo que a veces no queda lugar para sorpresas. En Montmeló, el 57% de la vuelta se hacen con el acelerador apretado a fondo, con un máximo de unos 16 segundos (en 1140 metros). Por otra parte, hay que señalar el consumo de combustible por vuelta es de unos 2,2 Kilos.
El circuito de Montmeló es uno de los que más exigen al coche y menos al piloto. Los equipos deben revisar la aerodinámica para conseguir los mejores resultados. La carga aerodinámica es media, dado que por una parte se tiene que negociar correctamente las curvas (con mucho apoyo) y por otra se necesita potencia para las rectas largas (sobre todo la recta principal).

Los neumáticos antes sufrían mucho y se desgastaban demasiado, tanto por las curvas del circuito con alta velocidad como por el asfalto, muy rugoso e irregular. Sin embargo el circuito se remodeló introduciendo la chicane y también se cambió el asfalto, mejorando las condiciones para los neumáticos (que ya no sufren tanto).

Los frenos también sufren mucho en este circuito. Hay que vigilar la altura del coche, que en este circuito suele ser bastante baja. El motor no es que sufra demasiado, pero requiere potencia para acelerar a fondo en la recta de meta. Aún así el motor no es muy determinante en este circuito.

La suspensión ha de ser regulada de tal forma que se pueda soportar bien el desnivel existente en los pianos y baches del circuito. Hay que encontrar el equilibrio perfecto. Normalmente los reglajes del alerón trasero serán más blandos que los de la zona delantera, con la finalidad de conseguir agarre.
El circuito de Cataluña ofrece pocos puntos donde realmente se pueda adelantar. Y más después de las modificaciones que se han realizado en la última zona del circuito, con el objetivo de reducir la velocidad en este punto.

También se modificó la curva de la Caixa, con lo que se impide que los coches se peguen más y haya más facilidad para adelantar en la recta principal. Al introducir la chicane en la última parte del circuito, se eliminó el punto que más exigía a los pilotos.

La principal y casi única opción para adelantar puede ser la recta principal y su frenada antes de Elf. Si se tiene mucha potencia y se sale pegado al coche de delante se puede adelantar en la propia recta, aunque lo más normal será adelantarlo justo a final de recta.

Otra zona podría ser antes de llegar a la Curva de la Caixa. La recta que le precede puede servir para pegarse al coche de delante e intentar el adelantamiento en la frenada.