
Como si fuera un rapero un pareado me ha salido.
Aclaro ya, que no quiero demandas innecesarias. Mosley ladrón: es un eufemismo por habernos robado un año entero de emociones y pasiones. Ladrón eufemísticamente, porque con sus decisiones, él y sus secuaces de la FIA, nos han birlado todo un año de emoción, desde la semana anterior a comenzar el campeonato.
Justo antes, durante el crudo invierno (dicen que la venganza se sirve fría), las normas que la FIA imponía, aseguraban que ninguna escudería por poderosa que fuera podría tener opciones a corregir en el año, decisiones equivocadas de diseño o errores de concepción, limitando las modificaciones , y sobre todo las horas de entrenos libres y túneles de viento.
En aquel momentos los jerifantes de los equipos no sabían lo que se venía encima. Además, se les desvió su atención con el intento de cambiar las reglas de contabilización del campeonato. De haber ocurrido, y de no haberse anulado justo el día anterior a apagarse el semáforo del primer Gran Premio de la temporada, habríamos tenido campeón ya en Montmeló. Desde entonces algunos ilustres han caído ... por el momento. Ron Dennis el primero en marzo, y Briattore después. ¿Se culminaba algún tipo de venganza?. Ya he hablado de esto antes.
La decisión de los difusores, cuando ya se habían disputado tres grandes premios, terminó de matar al resto de equipos, que por muy poderosos que fueran, no tenían ni tiempo ni posibilidades de alcanzar a quien fue el que obtuvo mejor nota de la clase: Ross Brawn y su Brawn GP. Lo que falta conocer, y probablemente nunca sabremos, es si fue el que mejor nota obtuvo porque fue el más listo, o porque le soplaron ... En estas cosas, suele ocurrir que se cumplen las dos cosas a la vez. Si no, parece imposible que en un año de crisis económica mundial, alguien se atreva a poner de su bolsillo, a título particular, la millonada de euros necesarios para financiar un equipo de Fórmula1. Ross Brawn, lo hizo, y solo ha tenido un patrocinador que apenas ha aportado el 15% del presupuesto a lo largo de todo el año, y las cuentas solo salen, si se gana todo, cosa a priori imposible para un equipo de nuevo cuño, por mucho que viniera de la antigua Honda, de la que recuerdo, no ganó un solo campeonato en la última década.
Como decía en el título, por fin se acabó. Aunque quede una carrera. Que se vaya y no vuelva más ... ahora me refiero no solo a este campeonato anodino, sino a Mosley y su actual directiva. Que venga viento fresco, que vuelva la emoción, que vuelvan los grandes, y sobre todo que se deje de manipular y engañar a aficionados y amantes de este deporte. O por lo menos que no lo hagan tan evidente que se de cuenta hasta el más "pintao". "Ojos que no ven ... corazón que no siente"....
Aclaro ya, que no quiero demandas innecesarias. Mosley ladrón: es un eufemismo por habernos robado un año entero de emociones y pasiones. Ladrón eufemísticamente, porque con sus decisiones, él y sus secuaces de la FIA, nos han birlado todo un año de emoción, desde la semana anterior a comenzar el campeonato.
Justo antes, durante el crudo invierno (dicen que la venganza se sirve fría), las normas que la FIA imponía, aseguraban que ninguna escudería por poderosa que fuera podría tener opciones a corregir en el año, decisiones equivocadas de diseño o errores de concepción, limitando las modificaciones , y sobre todo las horas de entrenos libres y túneles de viento.
En aquel momentos los jerifantes de los equipos no sabían lo que se venía encima. Además, se les desvió su atención con el intento de cambiar las reglas de contabilización del campeonato. De haber ocurrido, y de no haberse anulado justo el día anterior a apagarse el semáforo del primer Gran Premio de la temporada, habríamos tenido campeón ya en Montmeló. Desde entonces algunos ilustres han caído ... por el momento. Ron Dennis el primero en marzo, y Briattore después. ¿Se culminaba algún tipo de venganza?. Ya he hablado de esto antes.
La decisión de los difusores, cuando ya se habían disputado tres grandes premios, terminó de matar al resto de equipos, que por muy poderosos que fueran, no tenían ni tiempo ni posibilidades de alcanzar a quien fue el que obtuvo mejor nota de la clase: Ross Brawn y su Brawn GP. Lo que falta conocer, y probablemente nunca sabremos, es si fue el que mejor nota obtuvo porque fue el más listo, o porque le soplaron ... En estas cosas, suele ocurrir que se cumplen las dos cosas a la vez. Si no, parece imposible que en un año de crisis económica mundial, alguien se atreva a poner de su bolsillo, a título particular, la millonada de euros necesarios para financiar un equipo de Fórmula1. Ross Brawn, lo hizo, y solo ha tenido un patrocinador que apenas ha aportado el 15% del presupuesto a lo largo de todo el año, y las cuentas solo salen, si se gana todo, cosa a priori imposible para un equipo de nuevo cuño, por mucho que viniera de la antigua Honda, de la que recuerdo, no ganó un solo campeonato en la última década.
Como decía en el título, por fin se acabó. Aunque quede una carrera. Que se vaya y no vuelva más ... ahora me refiero no solo a este campeonato anodino, sino a Mosley y su actual directiva. Que venga viento fresco, que vuelva la emoción, que vuelvan los grandes, y sobre todo que se deje de manipular y engañar a aficionados y amantes de este deporte. O por lo menos que no lo hagan tan evidente que se de cuenta hasta el más "pintao". "Ojos que no ven ... corazón que no siente"....